25 mars 2007

Sweet sahumerio

Algo me angustia…
El tiempo que pasa, mi vida que se me escapa de entre las manos, mis recuerdos, mis sueños que vuelven para susurrarme que no puedo defraudarme, que debo seguir con el impulso inicial…



Y llego en estos días a mis 29 anos, y huyo de la reflexión, no así de mi angustia.
Odio los aniversarios, ya lo he escrito anteriormente: odio las celebraciones. Porque qué celebrar? Se celebran aquellos eventos que destacan sobre los demás, aquello que nos enorgullecen. Pero un día más en la vida no da para eso, a menos de suscribir al movimiento carismático tipo reflexión de autoayuda: seamos felices y agradecido, como si hubiese que gritarlo para que eso se hiciese efectivo.

En medio del huracán de ideas y sentimiento esbozo una sonrisa coqueta: tan mal no me la he pasado. Viajes al por mayor, ida y venidas de amigo, de lugares, olores, colegios y circunstancias que me llenan de felicidad.



Quise ser doctora, siquiatra, para sanarme y luego los demás. Quise ser multimillonaria y tener accesoriamente suficiente poder para ayudar a los más pobres. Quise ser peluquera para mejorar el inmejorable estilito local. Y por ultimo… quise ser directora de cine, para poder hacer mis propios proyectos y no limitarme a mi verdadera pasión frustrada: el teatro.



Termine siendo economista… y no fue un azar. Descubrí que seria mi mejor forma de saber algo de negocios sin dejar atrás mis necesidades altruistas. Que tal vez podría sanar a la gente en su necesidad de educación y con ello influir levemente en el desastroso mal gusto latente. En cuanto al arte, descubrí que eso correría por mi cuenta, que es y será parte de mí. El teatro, la salsa, la música y la expresión corporal serán por siempre mis oxígenos que me mantienen alerta y viva.
En ese sentido ser manager del grupo de Latin Jazz Infusión, que en paz descanse… me permitió realizar mas no sea mini-conciertos locales (mencion honrosa a la auto-derision belga ...).



Ningunos de mis sueños incluyó, sin embargo, el amor o la cursilería denominada estabilidad emocional. Mis ires y venires entre Santiago, Ginebra, Bruselas y Francia, complicaron una ya frágil capacidad de sentir que si podría amar, sentirme amada y comprendida a la vez… sin que esto signifique esclavitud de ninguna índole.
Entonces no, no estaba en mis planes. Si sufrir por amor, pero jamás ser feliz por ello.

No que no tuviera suerte. Seria egoísta decirlo. Quise mucho, es cierto, y dentro de todo agradezco haber sido rodeada de seres generosos, que forjaron mi carácter y participaron de mis definiciones. Pero jamás sentí que podría llegar ese nec plus ultra, esa pequeña rareza que marca la diferencia. Ese impulso natural que me llevo a cambiar radicalmente de parecer… y a asumir la compañía del otro como la de un apasionado partner que me potencia y no me frena.



Entonces si, finalmente no todo esta tan mal. Y aunque mi sobre exigencia me acecha, creo que puedo al menos mirar hacia atrás, coquetamente, siempre coquetamente, y concluir que la vida me ha dado muchísimo mas de lo que le he pedido…

A Maria.Elena - Carla - Miranda - Patricia ... sea como sea que llegue a llamarse.



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